4/6/11

Para Ale,
mi hermana,
que es feliz
porque le falta un riñón




Ser feliz no consiste
en tener un alto concepto de sí mismo.
Ser feliz consiste en otra cosa.
Eso es un tropiezo fácil,
un desliz
a veces demasiado cotidiano
con el que caemos —y nos conformamos— siempre
aquellos que nunca lo hemos sido.
Ser feliz consiste en no necesitar serlo.
Es beber sólo cuando se tiene sed.
Es comer sólo cuando se tiene hambre.
Parece sencillo; pero tú sabes
—y yo sé—
que canjearíamos un riñón por firmarlo
con tal de que este nudo gordiano que es la vida
se enderezara al fin,
y que todo empiece a funcionar bien,
sin averías,
sin fisuras por donde se cuele el frío,
de una maldita vez.