19/6/11

Simple economía de lenguaje

La mejor manera que tengo de
pedirle perdón a la vida
es abrirte de piernas
y que mi lengua
se encargue de todo lo demás

así que haz el condenado favor
de callarte de una vez
de ahorrarte el gasto innecesario
de todas las palabras
que no sean —lámeme, cabrón
y de permitir que expíe mi culpa
enterrándola como un hueso
en el dulce hedor de tus entrañas

antes de que te marches
donde quiera que se marcha la gente
cuando se me va de la cabeza.






(Nota: la última estrofa del poema es la interpretación poética de la siguiente cita de Roger Wolfe: “¿a dónde va la gente cuando se te marcha de la cabeza?”)