28/2/10

DIÁLOGOS IMPOSIBLES

III
(la estadística siempre miente)


–¿Te crees muy listo, verdad?
–Pues no sé ¿ciento treinta, es mucho?

27/2/10

CICLOGÉNESIS

El aullido del viento
golpeando en las ventanas,
silbando en la oquedad de la chimenea,
ululando como sólo saben hacer
los pocos Dioses que aún quedan vivos.
El edificio entero se tambalea.
Los gatos huyen temerosos
hacia la oscuridad del cuarto.
Se detienen en el pasillo, miran hacia atrás
con el rabo hinchado de miedo.
Hoy más que nunca
todo el mundo habla del tiempo.
Hasta ellos, si supiesen hacerlo.

Yo tampoco soy una excepción.
nueva reseña en clave de re, esta vez Afuera canta un mirlo, último poemario de Roger Wolfe...
aqui dejo el link
http://clavedere.blogspot.com/

25/2/10

DIÁLOGOS IMPOSIBLES

I
(cuestión ortográfica)


–desde que entré y me dieron una ostia,
no he vuelto a pisar la iglesia.
–no, pero esa es con hache.
–sí, sí. De esa,
mejor ni hablar.


II
(matrimonio)


–no es amor, lo que busco.
–y entonces, ¿qué es?
–no lo sé, pero amor
no. ¿y tú?
–no lo sé pero, como tú,
no es amor.
–quizá lo hayamos encontrado ya.
– ¿tú crees?
–tal vez, no sé… Probemos.
–sí. Probemos.

22/2/10

ESTO DE NO ESCRIBIR POEMAS

Esto de no escribir poemas
es como estar estreñido.
No cagas;
pero cuando lo haces,
revientas.

20/2/10

LOS POEMAS RAROS

Lo intento con los poemas raros,
aquellos en los que las palabras esconden cosas tan sencillas
como que me falta algo y me sobra otro tanto.

Uno es Yo.
El otro, tu amor.

Aunque aún no tengo claro
en qué orden.

18/2/10

COARTADA

Había olvidado que los poemas no se escriben solos
y que es bueno salir a la calle y hacer eso
que llaman vivir;
cualquier cosa:
sonreírle a un desconocido,
liarte un cigarrillo mientras contemplas el atardecer,
sacarte las pelotillas del ombligo,
bostezar delante de un televisor
o cederle el paso a una mujer que sale junto a ti de un ascensor.
Arañarle a la vida algún sentido;
esas cosas
que la gente hace
y luego regresar a casa y sentarte delante de la pantalla
para convencerte a ti mismo de que eres diferente a esa piedra
o a las baldosas del suelo
o al timbre del telefonillo.
Buscarte
lo que viene siendo
una coartada.

14/2/10

STOP

Párate a pensar en
quién eres,
lo que tienes,
lo que haces.
y luego sal a que te dé el aire
por tu propio bien,
por el bien de los demás.

13/2/10

TODOS QUEREMOS SER MARLOWE (Todo Marlowe, Raymond Chandler, RBA Libros, Barcelona, 2009)

reseña del libro Todo Marlowe..., en clave de re. Aqui dejo el link
http://clavedere.blogspot.com/

7/2/10

DEGUSTANDO UN JUGOSO TECHO AL ESTILO GOTELÉ

Los achaques del insomnio me acechan una vez más. Consigo dormir una media de tres o a lo sumo cuatro horas por las noches y eso me convierte en un zombi durante los días. Me arrastro por ellos con el cuerpo laxo y dolorido y mi cabeza no siempre funciona con el rigor adecuado que exige mi profesión. Se me encrespa el carácter. Doy malas contestaciones a la gente que me rodea y no me preocupa lo más mínimo herir con ellas su sensibilidad. Y luego me arrepiento, claro. Profundamente.

Es el estrés, supongo. El frenesí de los días y la mecánica rutina que los estructura lo que me está venciendo. Los hábitos que he adquirido también contribuyen. Cada día fumo más. El alcohol, aunque postergado a los fines de semana, se ha convertido en un apéndice más o menos importante en mi vida. Bebo en compañía de gente, como todo el mundo hace; pero también bebo solo. Sobre todo el viernes por la noche. Esos días suelo quedarme en casa para descansar del fragor de la semana. Pero, como siempre, este enquistado aburrimiento del que he hecho gala desde la adolescencia me empuja irremisiblemente a la nevera o al mueble bar de mi salón donde está esa botella de ginebra con la que perfumo mis entrañas y diluyo las ideas. A la mañana siguiente, cuando despierto, mi cabeza es el yunque de un herrero en plena faena. Me duelen las piernas, los riñones y cada vez es mayor la tendencia a la arcada y el vómito, y eso a pesar de haber disfrutado siempre de un estómago a prueba de bombas.

Pero en modo alguno soy un alcohólico. Podría dejar de beber así como de fumar en cuanto quisiese. Mi voluntad es inquebrantable cuando me lo propongo. Y ahí precisamente radica la raíz del problema. Porque no es que no pueda, es que no quiero. La alternativa a este modus operandi me seduce lo mismo que un disparo en la sien. La práctica de ejercicio diario, una dieta saludable, apartarse de ambientes poco propicios configuran desde mi punto de vista una condena aún mayor. Como acertadamente me confesó un día una buena amiga: a mí lo que me gusta, lo que de verdad me motiva, es ponerme a prueba constantemente. Autoevaluarme, imagino, como el profesor que soy. Exigirme un puñado de retos que por absurdos y ridículos la mayoría de ellos resultan complicados de superar. Porque la autodisciplina es una virtud estoica se mire por donde se mire. Lo que pasa es que la mía no obedece precisamente a leyes naturales y mucho menos lógicas.

No lo recuerdo exactamente, pero el día que supe que era un ser potencialmente peligroso algo se activó en mi cabeza. Algo así como un resorte intelectual que desde entonces no ha hecho más que indicarme el camino hacia una flagelación autoimpuesta. Y por supuesto que no me arrepiento de ello. Ni tampoco pretendo ir de víctima. Ya soy mayorcito para saber que lo que hago es lo que me viene en gana hacer. Lo que ocurre es que a veces a uno con el paso de los años se le plantean ciertas cosas. Y a mí, de un tiempo a esta parte, pensamientos extraños zumban alrededor de mi cabeza. Cosas que supongo que tienen que ver con eso que nunca entendí del todo y a lo que llaman madurez. Y, claro, este ritmo de vida no resulta el más adecuado para tales virajes emocionales.

De todas formas, y aun acercándome vertiginosamente a la treintena, tengo la sensación de ser aún joven. Aunque los huesos aguanten cada vez menos las envestidas y la cabeza se resienta cada vez más, y a uno le dé por no dormir y escribir estupideces como esta que ni siquiera estoy seguro de que te interesen lo más mínimo. Porque, como lees, soy un ególatra convencido. Y además brindo por ello.

5/2/10

ADIÓS

Hay demasiada mugre en la bañera.
Pelotillas de polvo y suciedad arracimadas
junto al pelaje muerto de dos gatos.
La veo
mientras el agua tibia de la ducha me cubre de frágiles caricias.
La fuerza del agua poco a poco la desprende
arremolinándose en torno al desagüe,
desapareciendo apenas en un instante.
Entonces, oigo un Adiós que sale de mi boca
y lleva mi voz.
Y no puedo evitar pensar en las personas que esto mismo escucharon;
sintiendo lo mismo.
sintiendo
nada.