18/2/10

COARTADA

Había olvidado que los poemas no se escriben solos
y que es bueno salir a la calle y hacer eso
que llaman vivir;
cualquier cosa:
sonreírle a un desconocido,
liarte un cigarrillo mientras contemplas el atardecer,
sacarte las pelotillas del ombligo,
bostezar delante de un televisor
o cederle el paso a una mujer que sale junto a ti de un ascensor.
Arañarle a la vida algún sentido;
esas cosas
que la gente hace
y luego regresar a casa y sentarte delante de la pantalla
para convencerte a ti mismo de que eres diferente a esa piedra
o a las baldosas del suelo
o al timbre del telefonillo.
Buscarte
lo que viene siendo
una coartada.