Para ti, Esther
Fumarme un cigarrillo
cada mañana al despertar
poder sonreírle a las chicas
cuando me cruzo con ellas
por el pasillo
reír hasta hartarme
hasta que se me agriete la cara de arrugas
entrar en las clases como
Peter Pan en la tierra de Nunca Jamás
alguna que otra noche emborracharme
de licor o de besos o de música
o de todas esas cosas a la vez
mientras contemplo la tristeza del mundo
como se contempla una bestia encerrada en una jaula
y vivir lo justo
ni mucho ni poco
lo justo
para que entre medias le dé tiempo a sonar
al bolero de Ravel.