Haberte ahorrado todos esos regalos, padre.
Con que te hubieses quedado, hubiera valido.
Con que me hubieses querido, habría sido suficiente.
No pedí muchas cosas.
Que me dejaras ser yo y me amaras
a pesar de eso.
Que me dejaras plantarle cara al mundo
aun a riesgo de morir
del modo triste y silencioso
con que lo haces tú.
Haberte ahorrado todos esos regalos
y haberme enseñado a vivir.
Haberme educado en la posibilidad de la derrota
en lugar de en la derrota.
Solo con eso, hubiera bastado.
Algo tan sencillo como enseñarme
a perder el miedo
a prescindir
de la gente que estorba
de la gente que lo complica todo
de la gente que apesta
porque es incapaz de no oler a nada.
Haberte ahorrado todos esos regalos, padre
y haberme enseñado a llamarte papá.