16/8/11

Hay un borracho suelto por las calles de Cáceres


Parece inglés pero no lo es.
Parece feliz
pero tampoco.
Va tocado con un sombrero de fieltro azul,
tambaleándose
de lado a lado sobre adoquines pulidos
del caminar de otras suelas
y de otros siglos,
y cada vez que se cruza con una mujer
se destoca y dice:
—Samsa el Sucio para servirla…
Hay un borracho suelto por las calles de Cáceres
que podría amarlas a todas
de tener ganas
y estómago
de amarse a sí mismo antes,
que es inofensivo
a pesar de usar algunos odios
como usa el alcohol y las drogas,
como usa los cuerpos y el tiempo.
Inofensivo
a pesar de la opinel en el bolsillo
no sea que venga la muerte a llevárselo
antes de lo acordado.
Hay un borracho suelto por las calles de Cáceres
que aprende sin prisa a amar y ser idiota,
que se ríe solo de pensar
que hay ciertos escotes que deberían ser
patrimonio de la humanidad.