17/10/09

DIÁSPORA

Achico el agua
límpida
que entra en este cayuco
de mugre con forma de poema
(que las palabras que sangran vacíos
sean mi único equipaje en esta
huida hacia ninguna parte)

Emigrante de si
mismo; ahíto
como el niño que nace expelido tras la duda
de un amor ficticio;
desnudo de miserias reales; preso
en un cerebro adiestrado para saciarse de vómito.

Necesito la esperanza de que Dios exista
para que mis odios urdan una grafía
plausible.