4/3/10

CC.SS

Todo cuanto nos rodea y existe puede ser reducido a términos matemáticos. A cifras. A simples números. Algo de lo que sin duda podrá vanagloriarse el científico puro en esta sempiterna y absurda guerra que mantienen las ciencias con las letras, y que tan bien puede percibirse en espacios consagrados a la docencia y la investigación como colegios, academias y universidades. Pero por eso mismo resulta tan imprescindible la Ciencia Social (disciplinas como la historia, la filosofía o la antropología); aunque sólo sea para sacar al mundo y la construcción que de él nos hacemos de ese reduccionismo tan simplificador.