29/12/09

LO SIENTO

Fue en la estación de trenes
de Medina del Campo.
Estabas cansada y decidiste quedarte.
Era de noche.
Te robaron hasta los calzoncillos
y las bragas sucias.
Tu cara, cuando llegué, era un poema
imposible de reproducir en este otro
y no hubo manera humana
de aplacarte aquellas lágrimas.
Ahora lo sé:
fue mi culpa.
Estaba tan borracho
que me perdí
de camino al pueblo, de comprar
dos bocadillos de rancio jamón serrano
que ni siquiera nos comimos

A veces,
me acuerdo de ti.
Pero sólo a veces.